domingo, 22 de mayo de 2011

El tiempo, ese bien tan preciado

A menudo nos surgen reflexiones sobre el poco tiempo que tenemos, lo que nos gustaría hacer si tuviéramos tiempo o como malgastamos nuestro tiempo, entre otras.
Está claro que el tiempo es un bien muy preciado, todos creemos tener poco y queremos tener más. Algunos incluso cambiarían dinero por tiempo.
 En muchas de las circunstancias en las que nos referimos al tiempo, lo hacemos usando las mismas expresiones que utilizamos para referirnos al dinero: gastar el tiempo, ahorrar tiempo, invertir el tiempo, robar tiempo, etc., pero el tiempo no se puede atesorar y utilizarlo cuando lo necesitamos, tampoco podemos comprarlo o venderlo, el tiempo sencillamente pasa, da igual en que lo hayamos ocupado. 
Existen algunas iniciativas que se denominan "bancos de tiempo", donde por decirlo de una forma sencilla, se deposita el compromiso de disponibilidad de x horas de tu tiempo para realizar una actividad, las cuales se pueden canjear por otras tantas x horas del tiempo de otra persona en otra actividad. Como iniciativa de comunidad, no está mal, pero ¿por que llamarlo banco de tiempo?.

Ya que se utiliza el símil del banco, como si de dinero se tratase, veamos que la similitud no lo es tanto:

En un banco se deposita dinero por diferentes motivos: seguridad, rentabilidad, etc. Si yo deposito el compromiso de 1 hora de mi tiempo en uno de estos bancos, pasado un año, ¿tendré más de 1 hora?, pues no, ni mi tiempo estará más asegurado.

Si no tengo tiempo, ¿puedo pedir un préstamo? ¿que garantía daré?, pero yo necesito tiempo para estar con mi familia y con mis amigos, ¿va a venir un señor que sí tiene tiempo para estar con mi familia?, en fin, sin comentarios.

Si yo no tengo tiempo para arreglar un grifo, puedo cambiar ese tiempo con un fontanero para que me arregle el grifo, pero también puedo pagarle con dinero. ¿He comprado tiempo?, pues tampoco.

Hablamos también de "ladrones de tiempo", refiriéndonos a pequeñas interrupciones en nuestro trabajo, pero ¿se queda el ladrón con mi tiempo, yo tengo menos y el más?.

El tiempo es una dimensión en un solo sentido, solo fluye hacia adelante, aunque según Stephen Hawking e incluso el propio Albert Einstein, a distintas velocidades según donde nos encontremos. Por ejemplo, el la singularidad, al borde de un agujero negro.

Si tuviéramos una máquina del tiempo que nos permitiera viajar a través de él, ¿tendríamos más tiempo?, pues tampoco. Da igual cuanto tiempo haya pasado para los demás, el nuestro no habrá encogido o estirado.
Decía San Agustín: "No hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo".
Siempre hay tiempo, solo tenemos que elegir lo que hacemos mientras este trascurre de forma inexorable a pesar nuestro.

La cuestión, no es tener más tiempo, sino que nos sintamos a gusto con las actividades que hemos realizado durante su trascurso. Unas veces "hemos aprovechado el tiempo",  otras veces lo hemos "malgastado" y otras, sin más, lo hemos "gastado", da igual si hemos estado trabajando o de vacaciones.


Hay bienes inmateriales, como el tiempo o la razón. El tiempo, todos tenemos el mismo y todos queremos tener más, en cambio la razón, no todos tenemos la misma, pero todos creemos tener suficiente.

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