sábado, 26 de marzo de 2011

¿Es posible una Ciberguerra?


En último Black Hat Europa que se ha celebrado en Barcelona este mes, una de las ponencias más esperadas fue la de Bruce Shneier; reputado criptógrafo y experto en seguridad; quien quitaba dramatismo a la posibilidad de una Ciberguerra, diciendo “Los gobiernos exageran sobre la Ciberguerra…

No voy a poner en duda los comentarios y argumentos de tan reputada autoridad, pero si me voy a permitir hacer algunos propios, al respecto de este tema.

Si tratamos de traducir lo que significa Ciberguerra, sería algo así como una guerra que se libra en el Ciberespacio, y es sobre lo que podemos entender como Ciberguerra, de lo que quiero comentar.

Si atendemos al sentido de la palabra Ciberguerra, cuando se refiere a un enfrentamiento entre dos o varias naciones, lo primero que me viene a la cabeza es la historia de Stuxnet y las centrifugadoras de las centrales nucleares iraníes, que aunque no se ha acabado de aclarar la cuestión, parece que fue obra de Israel y Estados Unidos.

Cuando en un asunto como el del Stuxnet, aparecen estados por detrás, ¿eso es ciberguerra?, estrictamente yo no lo llamaría así, aunque habrá opiniones para todos los gustos. Yo lo catalogaría más próximo al ámbito del ciberespionaje o cibersabotaje, si se me permite.

Si atendemos al sentido de la palabra guerra, cuando se refiere a un enfrentamiento entre dos bandos (no estados o partes de él), y esos bandos, aunque definidos, no son concretos; es decir, no podemos concretar la identidad de uno de ellos o de ambos, llegamos al grupo de los Ciberataques (por mantener la terminología), que tampoco sería Ciberguerra, sino ataques puntuales con objetivos muy focalizados.

Realmente, si me abstraigo de consideraciones formales, y desde la perspectiva puramente emotiva, me atrevería a decir que ya estamos en una Ciberguerra, donde no sabemos quienes son nuestros enemigos, ni donde están, solo conocemos; y no siempre; sus motivaciones: robo, extorsión, desestabilización, espionaje, sabotaje, etc.

Si nos referimos a la posibilidad de una Ciberguerra, abstrayéndonos de quienes son las partes beligerantes y nos centramos en los efectos de la contienda, como impacto, alcance, perdurabilidad, etc., podemos concretar un poco más y analizar los riesgos de que esto ocurra, conjugando una serie de variables y datos más o menos objetivos.

Amplitud del objetivo
Muy pocos Ciberataques individuales, tienen la capacidad de crear una conmoción mundial, y más aún que esta pueda perdurar en el tiempo, más allá de unas pocas horas o días, afectando a infraestructuras civiles o militares de diferentes estados.

Hay que tener en cuenta además, que los sistemas informáticos críticos están protegidos ante eventualidades de este tipo; aunque esto no quiere decir que sean invulnerables; y que por lo general operan sobre redes privadas de difícil acceso.

Perdurabilidad
La mayoría de los ataques, se aprovechan de debilidades y fallos de seguridad no conocidos, en los Sistemas Operativos y Aplicaciones, los llamados "zero-day exploits". Habitualmente la respuesta de los fabricantes de software, es rápida y a través de los diferentes equipos CERT (Computer Emergency Response Team), se coordinan para dar una respuesta rápida y eficaz ante este tipo de incidentes, involucrando instituciones civiles y gubernamentales, como por ejemplo el US-CERT.

Ataques oportunistas
Aunque no hay constancia de que haya ocurrido nunca, se podría dar el caso que tras una catástrofe convencional, como podría ser el caso de Japón en estos momentos, se aprovechara la ocasión para realizar ataques a los puntos más débiles afectados por la catástrofe,  pero esto es poco probable que ocurra.

Conclusión
Por lo general, todas o casi todas las guerras a lo largo de la historia, aún cuando las motivaciones fueran diferentes, han tenido un componente común y este ha sido la territorialidad, con el objetivo de ocupar o mantener posiciones geoestratégicas, recursos naturales, etc. En el caso de una Ciberguerra, no es fácil de cubrir este tipo de objetivos, si no va acompañada del componente físico.

En definitiva, la posibilidad de una guerra exclusivamente “cibernética”, por llamarlo de alguna forma, no es muy probable, pero el uso de Ciberataques como complemento de ataques en el plano físico, no solo será habitual sino que de facto, lo viene siendo desde hace mucho tiempo, en sus diferentes formas. Solo por poner algunos ejemplos, se han utilizado estos métodos combinados, durante la guerra de Irak en 2003 y en el conflicto de Georgia y Ossetia del sur en 2008.

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