domingo, 8 de abril de 2012

Como aumentar el rendimiento del equipo III (La motivación - El trabajo como crecimiento personal y profesional)

Continuando con el post anterior acerca de la motivación como catalizador principal del rendimiento de un equipo, comentaré mi punto de vista acerca de otro de los elementos que apuntaba en dicho post: "El trabajo como un elemento de crecimiento personal y profesional".

Más allá de lo que significa o pretende significar aquella famosa frase que dice "El trabajo dignifica al hombre", atribuida a Marx, a Perón e incluso a La Biblia, yo si creo que el trabajo puede llegar a ser; y de hecho lo es en muchos casos; un elemento enriquecedor, en el plano personal y emotivo de las personas, además de, por supuesto, en el plano profesional. 



El trabajo como un elemento de crecimiento personal y profesional.
Estos son dos aspectos diferentes, que no necesariamente tienen por que ir parejos, pero cuando se consiguen ambos, la experiencia es algo que posiblemente nos acompañe el resto de nuestras vidas y pese al resto de circunstancias, será recordado como una experiencia positiva.

El crecimiento personal a través del trabajo no es algo sencillo de conseguir, de hecho, incluso consiguiéndolo, a veces queda difuminado entre otras circunstancias adversas o menos agradables.

En la vida, de todo se aprende; y más vale que así sea; aunque por curioso que parezca, solemos aprender más de los fracasos de los éxitos.

Y ¿como crece personalmente una persona en su trabajo?, pues de muchas formas, pero sobre todo en el aspecto social del trabajo. Aprendemos (aunque lamentablemente pocas veces) a relacionarnos, a hablar, a estar callados, a refrenar nuestros instintos, a conocer a las personas y sobre todo, aprendemos de las virtudes y los defectos de los demás.

A lo largo de mi vida profesional he conocido a muchas personas y siempre he tratado de aprender de ellas; aunque no siempre lo he conseguido, pero espero que algo me haya quedado.  Es por esta razón, que continuamente para mí, ha sido un elemento motivador, el aprender de todas estas personas y querer poner en práctica lo aprendido.

Para mí "... es un orgullo y me llena de satisfacción..." [chiste fácil :-) ], cuando algún compañero de trabajo me dice que ha aprendido algo de mí. Esto me agrada doblemente, por un lado, por haber servido de algo a otra persona y por otro lado, como no, porque me hincha un poquito mi ego.

El crecer en el aspecto profesional es más fácil, tanto de ver como de conseguir. 

Por poco que aprendamos en un trabajo, el que sea, siempre aprendemos algo. Pero no nos engañemos, hay veces que aunque hayamos aprendido algo nuevo, no compensará el tiempo y el esfuerzo que hemos invertido. Esto es lo que hay que evitar.

El crecimiento profesional; y el acicate que esto supone, lo podemos observar desde dos perspectivas: en cuanto a la capacitación profesional se refiere y otra como una mejora en el puesto de trabajo, desde el punto de vista de la escala jerárquica y condiciones económicas. Por lo general, la primera, nos llevará a la segunda ( ya!, ya sé que no siempre es así, pero debería serlo).

En este punto, me voy a centrar solamente en lo que supone un extra de motivación por el crecimiento profesional, en lo concerniente a la capacitación profesional.

Dentro de un equipo, habrá personas más capacitadas que otras para realizar un determinado trabajo, unas veces por conocimientos o experiencia y otras por capacidad o habilidad.

Hay determinadas ocasiones en las que no nos podemos permitir que una persona, que no sea la más adecuada en ese momento, realice una labor concreta, pero hay otras; y si no, deberemos buscarlas; en las que hay que dejar que otras personas hagan un trabajo, sin ser las que mejor lo harían, aún cuando las mejores estuvieran disponibles para hacerlo.

Tampoco vale aquello de "soltar un marrón para que aprenda". No, así aunque también se pueda aprender , no es la forma. Se aprende mejor y más rápido si alguien te enseña. Pero cuidado!, hay que elegir el aprendiz y el maestro.

Hay personas que disfrutan enseñando a los demás, no solamente por su espíritu pedagógico sino porque de alguna forma, se reafirman en su sabiduría y adquieren confianza en si mismos. Esto es una satisfacción y por ende, mejorará la motivación del instructor.

En innumerables ocasiones, me he encontrado con personas, realizando tareas o funciones para las que inicialmente no estaban preparados, o no tenían los conocimientos suficientes para realizarlas. Estaban encantados! llegaban los primeros a trabajar y se marchaban los últimos, estaban enfrascados en su nuevo cometido y disfrutaban con ello, tanto que finalmente ellos eran los expertos en la materia.

Estoy convencido de que el entusiasmo se transmite por ósmosis. Comencemos por motivar a los que son más receptivos y de alguna forma allanaremos el camino para el resto.

Antes de acabar este punto, hay unas cuestiones que están muy relacionadas con la motivación y el crecimiento personal y profesional, que me gustará apuntar (se me ocurren más, pero ya me he extendido suficiente): 

- Comprender el trabajo de los demás, ayuda a valorarlo. 
- Demostrar interés por el trabajo de los demás, cohesiona el equipo.
- La fortaleza de una cadena, se mide por su eslabón más débil. Uno para todos y todos para uno, así es un equipo.
- ¿Cuantas veces explicando un problema, uno mismo encuentra la solución?. Interésate por los problemas de los demás.
- Si ves un problema, no esperes a que te pidan ayuda, adelántate. 

Quizá, todo lo que he escrito anteriormente, le puedan parecer a alguien obviedades y sainetes muy trillados, pero para mí tienen gran importancia y quizá recordándolos consiga que nunca se me olviden.

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