martes, 14 de febrero de 2012

La retención de talento en tiempo de crisis


En los tiempos que corren, con una crisis que no acaba de tocar fondo y una reducción de ingresos generalizada en la mayoría de los sectores, no es mejor momento para retener talento en base a la mejora de los contratos y las condiciones laborales. De todas formas, esta no es la única opción, aunque si la más práctica, al menos a corto plazo.

No voy a descubrir nada nuevo, pero en este contexto, creo que hay que considerar la retención de talento dentro de las empresas como un elemento más a tener en cuenta para ayudar al mantenimiento y recuperación de la situación económica de la propia empresa.

En tiempos de estrecheces económicas, todos los problemas tienen peor solución, incluida la fuga de talentos. Muchas empresas ven que sus mejores activos humanos se van y poco pueden hacer para retenerlos, sobre todo si se pretende reaccionar, solamente cuando la persona en cuestión ya ha tomado la decisión de abandonar el barco.

Hay muchas claves relacionadas con la retención de talento y muchas “recetas” para conseguirlo, pero no todas están al alcance de todas las empresas, menos si cabe, en una situación de ajustes como la que nos toca vivir en este momento.

Existe mucha literatura sobre la retención de talentos y sesudos estudios al respecto, por eso en este caso, me voy a limitar a hacer algunas observaciones, que desde mi punto de vista, tienen vital importancia y que no por conocidas, debemos pasar por alto.

Como siempre, el ejercicio a realizar, es analizar que hace que una persona decida irse de nuestra empresa a otra, y qué podríamos haber hecho para conservarla. En algunos casos; últimamente menos; la motivación es puramente económica y por lo tanto el margen de maniobra es menor, pero hay otros muchos casos en los que, el estar a gusto, es el mejor acicate que podemos utilizar y posiblemente, el que menor impacto económico tenga.

Pero, ¿que significa estar a gusto?. La pregunta es fácil, pero no hay una única respuesta.

Como decía, hay muchas claves para conseguir que las PERSONAS; sí, en mayúsculas; se encuentren a gusto, al menos con su trabajo, aunque no tengan ese mismo sentimiento con su empresa en términos globales.

Puede parecer contradictorio, pero en muchas ocasiones personas con un gran talento, que podrían fácilmente optar a otro puesto de trabajo, incluso mejor remunerado, optan por mantenerse en su puesto de trabajo actual, simple y llanamente porque se encuentran a gusto con su trabajo, se sienten valorados por sus responsables directos y sus compañeros y me atrevería a decir que incluso cuando no se está de acuerdo con las políticas de la empresa en aspectos de retribución, formación y carrera profesional, etc. No se me malinterprete, solamente un buen ambiente de trabajo no es suficiente, pero si es cierto que en buena medida, es capaz de compensar algunas otras carencias.

Los trabajadores de las empresas, aunque a menudo se olvide, son personas y como tales, necesitan de un “cariño”, que no siempre estamos dispuestos a dar. Nos aparamos en aquello de que “al trabajo no se viene a hacer amigos”; cierto, pero si a hacer compañeros, equipo en los que poder apoyarte para conseguir entre todos un objetivo. Este objetivo, que es motivo de satisfacción para el que lo consigue, curiosamente, al fin y la postre, es el objetivo empresarial.

Ya sabemos que un grupo de trabajo, no es lo mismo que un equipo. Lo primero es fácil de conseguir, lo segundo es bastante más complicado y en este caso es donde interviene el factor humano, que tantas veces se olvida.

El aspecto anímico de los equipos es sumamente importante y para ello, en cierto modo, el líder deberá ejercer de psicólogo; saber que es lo que le preocupa a cada uno, en que aspectos se siente más inseguro y que motivación necesita cada persona, para que ponga todo su potencial a disposición del equipo.

Todos en nuestro trabajo necesitamos ayuda, muchas veces incluso sin saberlo. El pedir ayuda y sentirse ayudado es reconfortante, pero lo es más aún cuando la ayuda se recibe sin haberla solicitado, eso es un claro síntoma de que hay compenetración dentro del equipo. Ojo, no confundir con hacerle el trabajo a los demás, que eso no es necesariamente ayudar.

Por lo general, las personas tendemos a corresponder con aquellos que nos ayudan, nos enseñan y nos hacen progresar tanto en los aspectos profesionales como humanos.

Todos necesitamos que se entienda y valore nuestro trabajo, que nos ayuden a corregir y enmendar los errores que cometemos y que nos den una segunda oportunidad cuando nos equivocamos. Estas son algunas de las cosas que nos hacen “sentirnos a gusto” en una empresa y que hacen que antepongamos estas cuestiones sobre otras más materiales.

Como decía, en tiempos de crisis es más complicado satisfacer las necesidades y anhelos de los talentos declarados, pero con un poco de imaginación, se pueden conseguir más cosas de las que pensamos. Y digo talentos declarados, porque hay mucho talento oculto esperando a ser descubierto, que con un poco de “cariño” habremos conseguido un valioso aliado para capear este temporal que nos azota.

No es fácil convencer a una persona que quiere marcharse porque tiene oferta más ventajosa en otra compañía. Las promesas hace mucho tiempo que han perdido valor, la única que sigue teniendo vigencia, es la promesa de hacer todo lo posible para conseguir satisfacer las necesidades de la persona, pero para eso hace falta confianza y la confianza hay que ganársela.

4 comentarios:

Mikel García Larragan dijo...

Pedro, ¡me asustas!. Esto mismo, si tuviera tu talento :), lo podría haber escrito yo mismo. ¡Qué gran verdad! y que cortos de miras aquellos que sólo miran costes a la hora de despedir. Están abocados al fracaso. En fin, de lo suyo gastan.

Un saludo a todos,

Pedro dijo...

Gracias Mikel!

No seas modesto, talento es lo que a ti te sobra.

Un saludo

mmugarza dijo...

Según mi punto de vista, es dificil tener una receta única porque cada persona es un mundo.
A nivel económico se puede mejorar las condiciones salariales no sólo con un aumento de sueldo, también con una reducción del gasto, es obvio que para muchas personas el simple hecho de acudir al lugar de trabajo supone un gasto extra frente a otros compañeros por sus condiciones particulares, buscar fórmulas como el teletrabajo que reduzcan sus costes puede aumentar el nivel adquisitivo del trabajador sin suponer un impacto en la cuenta de resultados de la empresa por ejemplo.

Luego también está la comodidad en el trabajo, si tenemos que pasar un tercio de nuestra vida trabajando, tal vez por circunstancias de la vida no podamos realizar una tarea que nos satisfaga pero tal vez si que podamos encontrar la forma de hacerlo con comodidad o que nos lo faciliten al menos. Me explico, muchas veces por motivos organizativos empresariales se tiende a procedimentarlo todo y a establecer procesos para todo que encorsetan la creatividad y a los que determinada gente no se adapta. Tal vez ese tipo de personas se encuentren más agusto simplemente adaptando el trabajo a ellos en lugar de alrevés.

Luego hay mucha gente que está muy bien considerada dentro de la empresa, que además son de los que no se quejan nunca y que además tienen más miedo al "Mundo exterior", generalmente de forma no intencionada, se tiende a ser profundamente injusto con este tipo de trabajadores porque aunque se tiene siempre en mente que hay que mejorar sus condiciones laborales, siempre se tiende a esperar el momento idoneo, ese momento que todos sabemos que nunca llena. El agravante en estos casos suele ser, que el afectado tiende a pensar que no está valorado. En estos casos tener informado al trabajador es especialmente importante, explicarle que es una persona muy valorada y que en cuanto se pueda se le hará una mejora.

Como estos casos se me ocurren mil, pero lo que también es cierto es que al final lo único que vale a la hora de valorar la retención de un talento o no, no va tanto en función de la aptitud ni la actitud del candidato, símplemente el rendimiento que pueda dar a la empresa y eso en gran medida está más en la responsabilidad del que gestiona el volumen de contratación, más que en el de el propio trabajador.


otros añadirían, y también el mercado, el mercado es el que rige la oferta la demanda y el precio. Puedo estar en parte de acuerdo pero al final el mercado somos nosotros y nosostros decicdimos como queremos que se comporte.

curso de gestion de personal dijo...

Muy buen aporte. Poder retener a los mejores empleados es de vital importancia en toda empresa. La ardua competencia que existe actualmente en el ámbito empresarial exige que todas las compañías mantengan a pleno su competitividad, por lo que asegurar la continuidad de los trabajadores más capaces es fundamental.